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ROBERTO OJEDA Y COMPAÑEROS

TESTIMONIO DEL CARGO 2016

Al ser nombrados carguyocs para la organización del Sarawawa 2016, en enero del año pasado, asumimos esa responsabilidad con entusiasmo, proponiéndonos realizar diversas actividades previas.


En nuestras diferentes reuniones coincidimos en el mismo sentimiento para organizar el SaraWawa; Uno de nuestros primeros acuerdos fue resaltar la importancia del maíz y de los alimentos tradicionales en la fiesta, puesto que el Sarawawa es a la vez algo festivo y educativo, de autoeducarnos para aprender y recuperar los saberes de nuestra tierra, que la modernidad nos va haciendo olvidar. Así, decidimos que el plato central debiera ser una merienda y que la bebida principal fuera la chicha, opacando a la cerveza u otros licores. También decidimos que los postres para los niños fueran naturales y las actividades con ellos fueran lúdicas, artísticas, pero sin recurrir a lo comercial de las fiestas infantiles.


Actividades previas


Después de recibir el cargo en enero del 2015, se pensaron varias actividades que desenlacen en la gran fiesta del SaraWawa, muchas actividades quedaron en ideas. Organizamos una primera actividad en el mes de agosto, para hacerlo con un alcanzo como inicio y para que fuera buen año. Lamentablemente no participó toda la gente que habíamos estimado, a pesar de todo el evento se llevó, digamos que en buena forma. Luego, programamos algunas actividades los meses previos a la fiesta, en las que se compartiría chicha y comida, pero viendo que en la primera actividad vino muy poca gente, decidimos ya no insistir en estos actos y concentrarnos en el Sarawawa mismo.


Hurk’as


Desde la hurka, buscamos darle un sentido más simbólico, más de recuperar nuestra memoria de saber armonizar con la naturaleza que nos rodea, más de ayni a la fiesta. Decidimos hurk’ar con algo más sano que las hurk’as acostumbradas y esperadas, que al mismo tiempo nos resultase económico. Finalmente la hurk’a fue una bolsita de papel conteniendo 4 panes de trigo, uno bañado en chocolate natural de Quillabamba (esto solo en la primera tanda de hurk’as, que fue la mayor) y con una tarjetita que resultase simpática. 


La primera tanda de entregar hurk’as nos resultó bien, nos habíamos dividido a los hurk’asqas en 4 grupos, para cada carguyoc. Si bien buscamos a nuestros hurk’asqas personalmente, también aprovechamos hurk’ar a los que nos encontrábamos o los que llegaban a la casa de Edwin. Lamentablemente, es justo mencionar que unos hurk’aron más que otros y al final, faltando pocos días para la fiesta, a algunos se les terminó hurk’ando por teléfono, incluso unos no llegaron a recibir su hurk’a física y, aunque eso es algo que debimos haber evitado, nos sorprendimos de la gran cantidad de amigos que tiene el SaraWawa y que al recordar su fiesta se hacen presentes para apoyarlo.


Hurk’amos a varios amigos para que trajeran chicha, para que así tuviéramos chichas de varias zonas del Cusco. También con algunos “postres” tradicionales como el sankhu. Una de las cosas que sucedieron fue que varios no nos entregaron la hurk’a en el producto solicitado sino en dinero equivalente, lo que finalmente nos ayudó para adquirir aquello que faltaba, pues no todos cumplieron con sus hurk’as, llegamos a comprar varios cuyes por ejemplo.


Aunque especificamos a la mayoría de hurk’ados que tenían que traer cosas naturales, alguien nos trajo gaseosas para los niños, que terminamos invitando a los que nos apoyaron en el arreglo, pues no podíamos darlas a los niños. Parece que a algunos hay que explicar más sobre el sentido del Sarawawa, pero esto también pasó porque fue una hurk’a de último momento, agradecemos la apertura de quienes apoyaron la fiesta hasta el ultimo momento, todo fue para todos.


La fiesta


Se podría decir que parte de la fiesta es el arreglo de la casa de Edwin, donde es una gran labor minuciosa seleccionar lo artístico reciclable de lo desechable; también es importante definir los tiempos, espacios y actividades que se darán durante los dos días, considerando que la mañana del 6 será mas infantil y la tarde para todos. Presentar nuestra propuesta al SaraWawa y todo se va dando. 


El arreglo del local nos llevó como 3 días, en los que contamos con apoyo de varios compañeros y compañeras, incluidos amigos que estaban de paso por Cusco pero se ofrecieron a apoyar desinteresadamente. Aún con eso, algunas cosas demoraron en terminar, como el toldo que fue armado cuando ya los niños estaban realizando una de sus actividades. Edwin consiguió por su cuenta el apoyo necesario para armar el altar, que finalmente fue alabado por los asistentes.


Como el plan era iniciar el Sarawawa con un alcanzo, esto se realizó el día 5 de enero en la tarde, contando con un paqo y la participación de los interesados. Con la repartición de un ponche de maní que nos llevó su tiempito hacerlo pero agradó a los presentes. Este día nos falló la música por malas coordinaciones con los sikuris en los que habíamos pensado, pero nos ayudó Beto con proyección de algunos videos. Y la noche terminó con un gran pocillo de habas peladas por los asistentes.


El día central la preparación de la comida nos llevó más tiempo del esperado y tuvimos que hacer algunas modificaciones. Hubo problemas con el orden de las actividades programadas pero finalmente la mayoría se llevaron a cabo y con agrado de los asistentes, los niños disfrutaron mucho y también los demás presentes. Notamos que nos había faltado colocar un foco en el patio interior. Los detalles sueltos se iban solucionando al paso y las presentaciones se fueron organizando de acuerdo a la llegada de los artistas, todo fue fluyendo con cada participante de la fiesta.


Como nos habíamos propuesto no recurrir al plástico, no había suficientes vasos para tomar chicha, y para el ponche tuvimos que comprar vasitos de café, que luego también usamos para los niños el día siguiente. Aunque la existencia de pocos vasos es un problema, también notamos luego que de haber más vasos muchos los habrían dejado por los rincones de la casa, pues así encontramos al día siguiente (el 7 de enero hicimos la limpieza de la casa al término de la fiesta) algunos vasos y muchos platos.


La comida


La comida es parte de sentirse bien recibido en una fiesta, de integrarse al sentimiento festivo y disfrutar cada detalle de la misma. Por tratarse de un aspecto importante, es mejor mencionarlo aparte. Con respecto a la comida, una vez acabado el Sarawawa nos dimos cuenta que habíamos calculado mal y preparamos más de los necesario. Si bien la comida, por comentario de los asistentes, fue contundente y abundante, algunos se quejaron de que fuera mucha.


Lo que nos ayudó fue la hurk’a de un amigo que nos dejó una arroba de maíz para mote, ni siquiera usamos toda la arroba y hubo mote suficiente para los dos días y hasta sobró. El mote cayó muy bien, pues al ser Sarawawa el maíz debía estar presente en todo. Por eso también preparamos Qollalawa el día 5.


La merienda fue un éxito pero demandó harto trabajo, que no se habría logrado sin el apoyo voluntario de los amigos. Calculando esto solicitamos las hurk’as de manera que nos faciliten la preparación, como cuyes pelados, lizas picadas, tarwi molido, etc. Lo que no calculamos fue las habas, que demandaron mucho tiempo de pelado en manos de varios compañeros, incluso la primera actividad de los niños fue pelar habas. Esto resultó simpático porque la gente no solo venía a disfrutar sino también a colaborar, claro que a pesar de esto no se acabó con todas las habas y tuvimos que cambiar el plato de mediodía (el q’apchi de habas pretendido por el lizas uchu que ya estaba listo).


Las lizas estaban listas porque parte lo preparamos un día antes. El plan inicial era avanzar parte de los componentes de la merienda el día anterior pero no calculamos el tamaño de las ollas. En realidad sí hubieran alcanzado las ollas que teníamos, pero por un mal cálculo pensábamos cocinar mayor cantidad. Finalmente la merienda nos dio más trabajo del pensado y más satisfacción de la imaginada.


La bebida


En el caso de la bebida sí logramos lo que nos habíamos propuesto con respecto a la chicha. Que la chicha, la mama Akha fuera como la reyna de la fiesta, evitando complementarla con cerveza. Hubo en total 8 variedades de chicha (cada uno un raki o un bidón), para lo que hurk’amos a gente que ve la chicha con respeto y cuidando su calidad, no así a los que no conocen mucho y podrían dejarse engañar o ellos mismos comprar cualquiera por apurados. Aunque hubo bastante, igual se acabó en la noche del 6, quedando un lapso de tiempo en el que ya no hubo chicha.


A parte de la chicha, el primer día dimos el ponche de maní, con pisco al que lo deseara, este se acabó más o menos rápido y por la dificultad de su preparación tuvimos que completarlo con te piteado. 


El 6 hubo bebidas para niños como chicha de quinua y chicha morada, luego, a parte de la chicha hubo una damajuana de vino y un pisquito que circuló por ahí al final. Algunos asistentes se habían traído sus chatitas de ron y eso es algo a tomar en cuenta, porque la gente no siempre respeta la casa.


Nuestra participación en la fiesta


En algún momento una de los carguyoc propuso conseguir mamitas hurk’adas para ayudar en la cocina, pero no lo llegamos a realizar. Nuestra idea era tener ese apoyo para que los carguyoc pudiéramos estar más presentes en la fiesta, pero finalmente nos la pasamos más cocinando que recibiendo a los hurk'asqas.


Sin embargo, comentando después vemos que eso es parte de ser carguyoc. El carguyoc no disfruta la fiesta sino que está ocupado viendo que todo vaya bien, aunque el estar tan metidos en la cocina no nos permitió ver otros aspectos, solo de rato en rato algunos revisábamos si todos estaban siendo atendidos, si tenían comida, chicha, etc. Igual nos pasó con los postres de los niños, que una compañera apoyó voluntariamente, pero vimos que debía haber alguien hurk’ado para esos apoyos, ya sea el distribuir las comiditas a los niños, o el que vea la chicha, la comida. Sería bueno hurkar a una pareja para la atención de los niños (comida, bebida, actividades lúdicas) y a otra para los adultos (comida, bebida, concierto, música), así todos quedarían bien atendidos, y todo lo que hay bien repartido entre todos.

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